viernes, julio 24, 2009

Crónica Rock Al Parque 2009

Autor: WLADIMIR USCÁTEGUI
Creada: julio 10 de 2009
Fuente: misemana.com
Fotografia: Bianca Suarez

El cartel del lunes, último día del festival, revestía para nosotros un interés especial. Bambarabanda, la primera banda pastusa en participar en Rock Al Parque, se enfrentaba con el reto de brindar, como mínimo, una actuación digna. Los pastusos, sin embrago, lograron superar eso y lograron, al final, arrancar elogios de algunos de los críticos mas reputados de la capital (José Gandour, Iván Benavides, Eduardo Arias). Incluso lograron que más de uno (no hablo de los paisanos, notablemente numerosos) se dejara seducir por su propuesta e improvisara como pudiera un baile. Notable sobre todo si tenemos en cuenta que los sureños salían al escenario con muchas desventajas. Uno, alternaban al mismo tiempo que un ícono del pop/rock latino como Ely Guerra. Dos, tocaban inmediatamente después de una buena banda: Eskampida. Y tres, tenían (quisieran o no) que lidiar con la expectativa que generaba su procedencia, es decir, tenían el reto inmenso de demostrar por qué merecían estar allí. Con todo eso en contra (contando incluso con sus propios nervios, evidentes en los primeros minutos de su actuación), los bambaros terminan por ofrecer un acto teatral, circense y carnavalero en el que logran involucrar hasta al más prevenido del auditorio (el bogotano medio, digamos), evitando, gracias al cielo, recurrir a los tics más resobados de las bandas “fusión” (algo a lo que Walka no pudieron sustraerse un día antes). De ese modo, se dedican a desgranar lo mejor de su repertorio con una solvencia pasmosa (tienen muy buenos músicos), recreando variados ritmos fronterizos y dejando de lado el recurso fácil de potenciar su vena más rockera para ganarse al público más renuente. Todo muy coherente y honesto, excepto en algún momento en el que incomprensiblemente se dedican a homenajear al folclor balcánico acarreando la ineludible comparación con la No Smoking Orchestra (el inevitable “síndrome Kusturica” que desde hace lustros viene aquejando a las bandas de ska –o si no que le pregunten a Los Elefantes). Ya en el último minuto de su actuación, y cuando los organizadores estaban a punto de cortarles el sonido por las malas, rematan con una emotiva versión del Chulla Quiteño que emocionó a propios (hubo gran afluencia de paisanos) y extraños. Alrededor de unas cinco mil personas (quizá el doble) se dejaron seducir por una banda con duende y que dejó boquiabiertos a muchos. Triunfaron.

2 comentarios:

Wladimir Uscátegui dijo...

Qué bueno que les haya gustado mi comentario pero lástima que hayan editado la nota.

Jóse Argotty dijo...

Muchisimas gracias por la nota Wladimir, de verdad que nos sentimos muy bien por su comentario en la pagina web de semana. De su articulo quisimos destacar solamente la parte en la cual se hace referencia a nuestra banda. Un abrazo!!!